Meditación

La meditación es una práctica en la cual el individuo entrena la mente o induce un modo de conciencia, ya sea para conseguir algún beneficio o para reconocer mentalmente un contenido sin sentirse identificado/a con ese contenido, o como un fín en sí misma.

El término meditación refiere a un amplio espectro de prácticas que incluyen técnicas diseñadas para promover la relajación, construir energía interna o fuerza de vida (Qì, ki, chi, prāṇa, etc.) y desarrollar compasión,3 amor, paciencia, generosidad y perdón. Una forma particularmente ambiciosa de meditación tiene como fin conseguir sostener la concentración en un punto sin esfuerzo4 , enfocado a habilitar en su practicante un estado de bienestar en cualquier actividad de la vida.

La meditación toma diferentes significados en diferentes contextos; ésta se ha practicado desde la antigüedad como un componente de numerosas religiones y creencias5 , pero la meditación no constituye una religión en sí misma. La meditación normalmente implica un esfuerzo interno para autoregular la mente de alguna forma. Normalmente se usa para concentrar la mente y aliviar determinadas condiciones de salud o psicológicas, tales como la presión alta,6 depresión, y ansiedad. Puede hacerse sentado/a, o de una forma activa —por ejemplo, los monjes budistas practican la atención en todas sus actividades del día a día como una forma de entrenamiento mental. Esta práctica tiene como fin último lograr un estado de paz total a través del control de los pensamientos y las emociones. Algunos tipos de meditación permiten el uso de rosarios u otros objetos rituales para recordar o seguir algún aspecto del entrenamiento.

Desde el punto de vista de la psicología y la fisiología, la meditación puede inducir un estado alterado de conciencia. Tales estados tienen una correspondencia neurofisiológica que se puede medir. A día de hoy, existen muchos tipos de meditación practicados en la cultura occidental. La respiración consciente, relajación muscular progresiva, y de misericordia se han encontrado beneficiosas en términos cognitivos tales como la relajación. Con entrenamiento en la meditación, la ruminación depresiva puede rebajarse y se puede lograr una mayor paz mental. Diferentes técnicas han demostrado funcionar mejor para personas diferentes.

Definiciones En la cultura occidental la palabra meditación viene del latín meditatĭo que originalmente indicaba un tipo de ejercicio intelectual; mientras que la palabra contemplación se reservaba para un uso más religioso o espiritual. Aparte de su uso histórico, la palabra meditación es empleada en la traducción de conceptos provenientes de prácticas espirituales asiáticas como el dhyana. De esa manera, la palabra meditación adquirió una nueva definición que la hace similar a la contemplación.

En el siglo XIX, los teósofos adoptaron la palabra «meditación» para referirse a las diversas prácticas de recogimiento interior o contemplación propias del hinduismo, budismo y otras religiones orientales. No obstante, hay que notar que este tipo de práctica no es ajena a la historia de Occidente, como muestran descubrimientos de vasijas celtas con figuras en postura yóguica.

Para Rudolf Steiner, fundador de la antroposofía, la meditación es el camino para el conocimiento del mundo espiritual y requiere ejercicios especiales, según lo explicado y descrito en Wie erlangt man Erkenntnisse des hoheren Welten?

Características La meditación se caracteriza normalmente por tener algunos de estos rasgos:

Un estado de concentración sobre la realidad del momento presente Un estado experimentado cuando la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos Una concentración en la cual la atención es liberada de su actividad común y es focalizada en Dios (propio de las religiones teístas) Una focalización de la mente en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración o la recitación constante de un vocablo o de una sucesión de ellos (ejemplo de recitación constante y ritmada de vocablos es la recitación de mantras en el yoga, el más célebre de los mantran o mantras es el que se pronuncia «Oṃ» ). Meditación religiosa o espiritual Budismo Artículo principal: Meditación budista Véase también: Zazen La meditación es importante dentro del budismo. Cada escuela tiene diferentes maneras y técnicas específicas. Para algunas es la forma mediante la cual la mente logra alcanzar un plano de realidad y entendimiento que va más allá de lo aprendido y, tiene que ver más con lo sensorial. También se puede ampliar o controlar el espectro de motivaciones de la personalidad.

Según el zen, meditar es la condición natural de la conciencia humana, capaz de comprender por sí sola el significado de su existencia, aun si esto ocurre a nivel del inconsciente. Esta percepción se interrumpe por la agitación o el interés en los asuntos particulares que absorben nuestra atención. La práctica de un sistema o rutina de meditación devolvería a la mente a ese estado básico y primordial. Algunos maestros zen dicen que meditar es «tocar el corazón» del ser humano.

En el Theravāda, la meditación involucra tanto técnicas como samādhi, mettā y vipassana, como el desarrollo de la bondad y el «conocimiento superior». En el Mahāyāna las prácticas meditativas son las visualizaciones, rezos y cantos.

Cristianismo Artículo principal: Meditación cristiana Véanse también: Hesicasmo y Peter Deunov. En el cristianismo, la meditación tiene un enfoque cristológico. El cristiano trata de dirigir su pensamiento a Dios, a Su palabra y a Su obra.La meditación es una expresión de la oración cristiana. Se hace con ayuda de algún libro o escrito como la Biblia, los textos litúrgicos del día, escritos de los padres de la Iglesia o de los santos, etc.

Hinduismo En el hinduismo, en las escuelas de yoga y vedānta, la meditación es parte de dos de las seis ramas de la filosofía hindú.

Islamismo En el sufismo se emplean diversas técnicas meditativas.

Paganismo En la mayoría de las religiones basadas en el paganismo y el neopaganismo, como son la Wicca y el druidismo, la meditación es un pilar fundamental para mantener una conexión con la divinidad.

Técnicas de meditación De acuerdo con Jeremy Holmes y Alberto Pérez Albéniz (2000), parece ser que las diferentes técnicas de meditación pueden ser clasificadas de acuerdo a su enfoque. Algunas se enfocan en el campo de la percepción y la experiencia, también llamada de conciencia plena (mindfulness en inglés). Otras se enfocan en un objeto determinado, y son llamadas de «concentración». Hay también técnicas que intercambian el campo y el objeto de la meditación.

Las técnicas de aproximación a la meditación varían desde las que se basan en observar la respiración, en visualizar algún pensamiento positivo o imagen inspiradora, enfocar algún objeto o imagen (como un mándala), las invocaciones, hasta las que se basan en tipos de compleja «alquimia espiritual». También existen las meditaciones sin objeto, desenfocando la tensión mental. Además de lo descrito antes sobre el pensamiento en la meditación, durante ésta se puede dejar fluir libremente las imágenes mentales, sean claras o confusas, como cuando se está a punto de conciliar el sueño. También se puede dejar fluir las sensaciones, emociones, impulsos y energías corporales, normalmente sin intervenir en ellas, pero tampoco dejándose llevar o enredar, de manera que muestran finalmente una tendencia a reordenarse por sí solas; aunque existen métodos de reflexión y técnicas de concentración en que la conciencia las puede manejar.

Salud y efectos fisiológicos La meditación no solo puede tener propósitos religiosos sino estar también enfocada en el mantenimiento de la salud física o mental. Estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria, la salud emocional y mejorar el sistema inmunitario y la salud en general.

Actualmente al menos dos tipos de meditación se ha probado efectivo para aumentar el cociente intelectual (presencia abierta y focalización), mejorar la memoria e incluso modificar partes del cerebro como el hipocampo o la ínsula.

Otros estilos de meditación otorgan igualmente distintos beneficios a la salud mental y física de sus practicantes, especialmente un mejoramiento de la inteligencia emocional y del sistema inmunitario. Entre los más comunes se encuentran el alivio del estrés y la reducción de la presión sanguínea.

Algunos estudios científicos acerca de la meditación zen registraron diferencias significativas entre el funcionamiento del sistema nervioso y cerebral de personas que meditaban regularmente y el de las que no.

Al analizar la actividad cerebral durante la meditación, usando un electroencefalograma, se puede apreciar que se pasa de las ondas beta (actividad normal, consciente y alerta, de 15-30 Hz) a ondas alfa (relajación, calma, creatividad, 9-14 Hz). En la meditación más profunda se pueden registrar ondas theta (relajación profunda, solución de problemas, 4-8 Hz) y en meditaciones avanzadas se puede detectar la presencia de ondas delta (sueño profundo sin dormir, 1-3 Hz).[cita requerida]

Un estudio realizado en la Universidad de Melbourne en Australia en 2011 sugiere que el silencio mental obtenido en la meditación pueden reducir el estrés laboral y ser una terapia contra la depresión.

Otro estudio realizado por Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin, reveló que la disciplina de la meditación puede cambiar el funcionamiento del cerebro y permitir alcanzar distintos niveles de conciencia.

  Fuente: Wikipedia

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