Sri Aurobindo

Sri Aurobindo (Calcuta 1872 – Pondicherry 1950), registrado al nacer como Aurobindo Ghose, fue un maestro de yoga, poeta y filósofo indio que defendió la independencia de la India y de quien que algunos afirman que fue un descubridor de nuevos caminos de acercamiento a la divinidad y conocimientos sobre la Tierra y el universo.

Los primeros años Sri Aurobindo nació en Calcuta el 15 de agosto de 1872. A la edad de 7 años fue enviado a Inglaterra, donde pasó los siguientes años de su vida. En 1889 ingresó en Cambridge, con una bolsa de estudios concedida por la St. Paul’s School de Londres. Después de haber adquirido los títulos necesarios para entrar en el servicio civil de la India, en el que no entró por haber rehusado presentarse al examen de equitación, regresó a su país y entró, en 1893, en el servicio administrativo del principado de Baroda (actual distrito del estado indio de Gujarat). Aparte de su trabajo administrativo, fue nombrado profesor de francés del colegio de Baroda, y, posteriormente, de inglés.

En este periodo aprendió el sánscrito y otras lenguas indias. Seguía al mismo tiempo con interés los acontecimientos políticos de la India.

La actividad política Volvió de Inglaterra convertido en un duro crítico de los británicos —a quienes acusaba, por ejemplo, de haber conquistado Irlanda utilizando los viejos métodos de la «traición cínica» y la «masacre implacable» y de gobernarla con el principio de «la fuerza es la ley»— y de los bengalíes partidarios de la occidentalización de la India. Señaló que éstos se engañaban a sí mismos porque los propios británicos consideraban a la democracia y al liberalismo como «poco apropiados para una nación sometida, donde es imprescindible mantener la supremacía despótica del hombre blanco aun a costa de todos los principios y de toda moral», y que además ponían en peligro el «alma» de la India «por culpa de una ciega rendición a las aberraciones del materialismo europeo». Así consideraba que todos los movimientos del siglo XIX en la India habían sido en realidad «movimientos europeos» que​ adoptaban la maquinaria y los móviles de Europa, el llamamiento a los derechos de la humanidad o a la igualdad de estatus social, y una imposible uniformidad que la Naturaleza siempre se ha negado a conceder. Entremezclada con esos falsos evangelios había una veta de odio y amargura, que se manifestaba en la condena del sacerdocio de los brahmanes, en la hostilidad hacia el hinduismo y en el ignorante distanciamiento de las consagradas tradiciones. También denunció los «pretextos» con los que los británicos justificaban su dominio sobre la India y el imperialismo en general: El imperialismo tenía que justificarse a sí mismo frente a esa moderna forma de sentir [que la esclavización de una nación por otra, de una clase por otra, de un hombre por otro resultaba repugnante para la moral], y la única forma de lograrlo era fingir que se actuaba en calidad de fideicomisario de la libertad, encargado desde las más altas esferas de civilizar a los incivilizados e instruir a los incultos, hasta que llegara el momento en que el benevolente conquistador hubiera cumplido su tarea y pudiera retirarse de forma altruista. Estos fueron los pretextos con los que Inglaterra justificó la usurpación del legado de los mongoles y nos deslumbró para que diéramos nuestra aquiescencia como tributo al esplendor de su rectitud y generosidad. Con motivo de la división de Bengala, en 1905, abandonó Baroda y empezó a participar abiertamente en política, en concreto en el movimiento nacionalista de Bengala, durante el trágico periodo de 1906 a 1910. Trató de influir en la transformación del pensamiento y opinión de la India, especialmente a través del periódico Bande Mataram, vehículo de sus teorías. Detenido en 1908, fue encarcelado durante un año en la prisión de Alipore (Calcuta).

En 1909 afirmó sardónicamente que «los principales triunfos de la Ilustración europea ante la que agachamos la cabeza» habían sido «la chaqueta y los pantalones, el aristócrata británico, el capitalista estadounidense y el apache parisino».

Tras la tragedia de la Primera Guerra Mundial afirmó que la «jactanciosa, agresiva y dominante Europa» estaba «condenada a muerte», a la espera de su «aniquilación» y que «la civilización científica, racionalista, industrial y pseudodemocrática de Occidente» estaba «en vías de disolución».​

El yoga Su estancia en prisión significó un cambio decisivo en su vida. Al salir de la cárcel fundó dos semanarios, uno en inglés, Karmayogin, y otro en bengalí, Dharma. Continuó durante algún tiempo sus actividades políticas, pero una noche recibió el aviso de que la policía proyectaba realizar un registro en su despacho de Karmayogin y, para no ser detenido o deportado, fue a esconderse a Chandemagore, a pocos kilómetros de Calcuta. Aquí recibió «una orden de lo Alto» de ir a Pondicherry a donde llegó el 4 de abril de 1910.

Después de cuatro años de yoga en el silencio fundó, el 15 de agosto de 1914, una revista filosófica mensual, Arya, en la que expresaba, en lenguaje intelectual, su visión del hombre y de la Historia, del destino divino del hombre y del camino a seguir para alcanzarlo, de la marcha de la sociedad humana hacia la unidad y la armonía, de la naturaleza y de la evolución de la poesía, del sentido profundo de los Vedas, de los Upanishad y de la Bhagavad-gītā y del espíritu y de la significación de la cultura india.

La obra escrita Filosofía: Los contenidos aparecidos en Arya están actualmente recogidos y publicados en libros: La Vida Divina, La Síntesis del Yoga, El Ciclo Humano, El Ideal de la Unidad Humana, La Poesía Futura, El Secreto del Veda, Ocho Upanishads, Ensayos sobre la Gita, Los Fundamentos de la Cultura India. Es uno de los autores pioneros de la ‘filosofía comparada’, en la que se introdujo sobre todo mediante el estudio de Heráclito.​ A caballo entre la filosofía y el yoga, y dada la accesibilidad de su lectura por tratarse de sentencias breves, hay que destacar: Aforismos y Ojeadas y Pensamientos. Poesía: La práctica totalidad de su obra poética está recogida en: Collected Poems. Mención aparte merece el poema épico Savitrí: una leyenda y un símbolo, considerada por el propio Sri Aurobindo como su obra más representativa y que, tomando como pie un breve relato contenido en el Majábharata, constituye una descripción en tono épico-poético de toda la experiencia interior y espiritual del autor. Yoga: Además de los anteriores, desde el punto de vista práctico, como guía y orientación en el camino de su yoga, el Purna Yoga Yoga Completo o Yoga Total conocido como Yoga Surpamental, existe una extensa recopilación de escritos y cartas enviados a sus discípulos: Cartas del yoga, publicada de forma parcial bajo los siguientes títulos: Las bases del yoga, Luces de yoga, Nuevas luces sobre el yoga, El ser psíquico. Algunas de estas cartas por la importancia y profundidad del tema que tratan han alcanzado el carácter de pequeñas obras aparte con sustantividad propia. Es el caso de El enigma de este mundo (de título suficientemente significativo) y de La Madre, conjunto de cartas que de forma sucinta y de la propia mano de Sri Aurobindo exponen el contenido esencial de su yoga. Últimos años Durante la Segunda Guerra Mundial se pronunció abiertamente en apoyo de la causa aliada, al percibir con claridad el peligro que las fuerzas del nazismo representaban para la evolución futura de la humanidad.* Tras la independencia declinó el ofrecimiento de presidir el Congreso Nacional Indio. Sri Aurobindo murió el 5 de diciembre de 1950. Lo esencial de su enseñanza La divinidad no es algo lejano e inaccesible, sino que se encuentra por doquier y también dentro del ser humano, es la divinidad interior. Sri Aurobindo designa este principio divino en el interior del hombre como ser psíquico y muestra el camino para entrar en contacto con él y hacer que su influjo pueda dejar también su impronta en la vida exterior. En el aspecto universal o cósmico Sri Aurobindo plantea la existencia de un principio activo de la divinidad —al que denomina Supermente— que lleva en sí mismo la capacidad, el poder inherente, de cambiar el curso de la marcha de la humanidad, desde la actual situación en la ignorancia hacia un desarrollo evolutivo con una mayor presencia de la luz y de la consciencia. La Madre Su íntima colaboradora, Mirra Alfassa, más conocida como La Madre, nacida en París de padre turco y madre egipcia, llegó a Pondicherry el 29 de marzo de 1914, asentándose allí definitivamente en 1920.

Sri Aurobindo la consideraba su igual, y a causa de su capacidad para la organización, se hizo cargo de la vida diaria del áshram a partir del 24 de noviembre de 1926, cuando Sri Aurobindo se recluyó retirándose de la vida pública. Desde esta fecha queda a cargo de La Madre la supervisión de los asuntos del áshram, incluidos sus Institutos y Auroville, la ciudad internacional cercana a Pondicherry, fundada en 1968.

Tras la desaparición de Sri Aurobindo, La Madre continuó el trabajo yóguico emprendido por éste. Las enseñanzas de La Madre fueron impartidas principalmente en forma oral, habiendo sido recopiladas en diversos volúmenes bajo los títulos de Conversaciones y de La Agenda. De su obra escrita cabe destacar Plegarias y meditaciones.

  Fuente: Wikipedia

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