El presente ensayo tiene como objeto dejar en claro que el Ayurveda es una ciencia holística, que abarca a toda la persona: en su cuerpo, su mente y su espíritu, así como su relación con las estaciones del año, el tiempo del día; y también con la estructura física del individuo y sus actividades. Por lo que se incluye un análisis de su carácter integral u holístico como ciencia de la vida para el equilibrio y la salud del ser humano.
El Ayurveda es una ciencia holística, debido a que se basa en los principios que estudian al hombre como totalidad organizada y no como simple suma de partes; considerando al ser humano en su dimensión física, psíquica y espiritual. Es decir busca un equilibrio entre el universo (macrocosmos) y el hombre (microcosmos), ya que funcionan según los mismos principios.
Ayurveda es una palabra en sánscrito que significa «El conocimiento de la Vida», la cual es considerada como el sistema de salud natural más antiguo.
Por ejemplo, la manera como una persona camina, respira, se sienta, come, piensa están interrelacionados en el hombre y el universo. Así, el Ayurveda es una ciencia que lo encierra los hechos científicos y las observaciones empíricas profundas del hombre y sus conexiones con el cosmos a través de los elementos básicos que se encuentran en todas las sustancias de la vida.
Las sustancias en la naturaleza, de acuerdo al Dr. Vasant D. Lad y Ayurveda, se consideran que tienen cualidades curativas, y se usan para tratar los desórdenes en los principios de la vida, los cuales causan desarmonía y como resultado enfermedad. Además, las medicinas ayurvédicas al ser sustancias naturales, no tienen efectos colaterales cuando son administradas apropiadamente, haciéndolas perfectamente seguras.
El ayurveda alude a los tres aspectos básicos de la vida: movimiento, nutrición y reposo para traer el equilibrio a través de la purificación, la relajación y la fortificación del ser humano y lograr la curación total. El objetivo principal debe ser la cura del alma, porque el alma lo sostiene todo. Curando el alma se pueden curar también los otros niveles. Por ello el Ayurveda puede alcanzar el bienestar total, el hombre debe estar dispuesto a una total transformación, a un cambio radical de hábitos.
Según Swami Joythimayananda, el acercamiento del Ayurveda hacia el mundo, el individuo, la familia, puede ser desde una visión Espiritual, Filosófica y Científica.
A nivel espiritual podemos transformar la personalidad en impersonalidad, o bien podemos hacer que la individualidad vuelva a ser uno con el todo de donde proviene. Cada individuo tiene su propia personalidad que se define por la experiencia acumulada en el transcurso de sus vidas. La experiencia se registra en la memoria individual (KARMA/ADN). Cada personalidad contiene aspectos positivos y negativos. De la personalidad se origina el carácter, del carácter el comportamiento, el modo de actuar y la actitud ante la vida. Con el tiempo el comportamiento se transforma en hábito, los que dominan al hombre volviéndolo esclavo de sí mismo.
La enfermedad es una parte de la personalidad, cada personalidad lleva consigo el potencial de determinadas enfermedades. Por este motivo una cierta personalidad puede tener predisposición a sufrir alteraciones cardiacas, mientras que otra será más susceptible a desequilibrios renales, etc. En consecuencia, para curarse totalmente de la enfermedad es necesario actuar directamente sobre la personalidad. ¿Cómo? Comenzando a cambiar los hábitos, se llega poco a poco a cambiar el comportamiento, que a su vez cambiará el carácter para más adelante cambiar la personalidad entera.
La espiritualidad es la vía para llegar a cambiar radicalmente. A través de la práctica interior regresamos a nuestro puro origen, en aquel centro silencioso nuestro que representa nuestra verdadera casa, donde no existe enfermedad alguna. Una vez que nos adentramos en este centro silencioso nuestro, todas las enfermedades desaparecen en un momento, es necesario por tanto adentrarnos, sin preocuparse.
A nivel filosófico, el ayurveda explica el origen de lo creado a través del concepto «ciclo»: todo lo que existe sigue un ciclo de nacimiento, crecimiento, máxima expansión, decline y disolución. En el momento en que comenzó el ciclo, en aquel instante tuvo origen la vida. De hecho, el absoluto, encontrándose en lo más delicado de su potencialidad y totalidad, empezó naturalmente a descender dando vida al flujo caracterizado por el concepto dual. El bien absoluto del estado de total pureza en que se encontraba, decae a un nivel más bajo, y dividiéndose crea su opuesto.
Cayendo, el absoluto, de uno que era, comenzó a dividirse creando la multiplicidad. El alma universal se subdivide así en más almas individuales. Jivan, el alma individual, es entonces una parte del alma cósmica. El alma sostiene a la persona entera (en su conjunto de inteligencia, emociones, energía y cuerpo), como el espacio sostiene el universo entero. Ambos son invisibles, pero están en la base de todo.
Cada alma personal va adelante en su vida con su memoria (karma). Liberándose de esta memoria el alma personal percibe su pureza. Para liberar el karma se debe reunir la multiplicidad, a través de tres vías: seguir el flujo natural del karma, o subir de nuevo la escalera del flujo siguiendo el propio deber (dharma), y seguir la vía de la espiritualidad, la cual es la vía más breve porque nos permite quemar el destino.
De la paz nace la liberación, que nos hace superar el ego: así adquirimos la sabiduría, que paraliza el flujo de la acción. Llegados a este nivel, surge espontáneamente el silencio absoluto; y tenemos que el alma personal se reconoce como el alma universal en su casa origen.
A nivel científico comprende cinco fases: escuchar, comprender, percibir, concebir y realizar. Ciencia significa conocimiento. El conocimiento implica una disciplina, un orden lógico y metódico. Debido a que se apoya en un sistema complejo y lógicamente ordenado, el Ayurveda, aparte de ser una forma de pensar es un modo de vida, y es además, una ciencia a todos los efectos.
La ciencia Ayurvédica procede a través de la síntesis, piensa, en otras palabras, que la armonía y la salud del hombre serán alcanzables sólo mediante la unificación de la diversidad. El Ayurveda sigue por tanto el procedimiento opuesto al de la ciencia moderna, cuyo método es el dividir la unidad en partes siempre más pequeñas. Ambas, de todos modos, se expanden hacia el infinito.
Según los principios del Ayurveda, toda la vida del hombre se acompaña por tres aspectos fundamentales: el movimiento (Vata), la nutrición (Pitta), y el reposo (Kapha), del equilibrio de estos aspectos depende la salud.
La sabiduría del Ayurveda está dedicada a ofrecer realmente al individuo un correcto régimen de vida, con el fin de que se mantenga con buena salud y esté capacitado para prevenir las enfermedades. El método de curación del Ayurveda se basa en el estudio en profundidad de la persona y de su ambiente, en el conocimiento de las propiedades de las sustancias y del modo correcto de utilizarlas: a través de dicho esmerado análisis el Ayurveda llega a prescribir a cada uno su cura específica.
Por lo tanto, se concluye que el Ayurveda es una disciplina holística, que toma cuidado del hombre en su globalidad. Aquí está la gran diferencia con la ciencia médica occidental que, por urgencia de practicidad, está enfocada a intervenir terapéuticamente casi exclusivamente sobre la parte del cuerpo enferma, como si se tratase de la reparación de un coche y no de la curación integral y global de una persona; el Ayurveda cura la causa de la enfermedad y no sólo su efecto. Por lo tanto es necesario entender el mecanismo sobre el que se basa el proceso vital, para poder después mantener o restablecer adecuadamente la armonía y la salud.
Fuente: Marcus de Oliveira, D. Ay.
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